La violencia de las bandas armadas en Haití ha sumido al sistema sanitario en un caos sin precedentes, con hospitales y farmacias como objetivos de destrucción y saqueo. La ocupación del mayor hospital público del país y los ataques generalizados han paralizado la atención médica, exacerbando una situación ya precaria. El éxodo masivo de personal médico y la falta de seguridad han dejado al sistema sanitario al borde del colapso. El sector farmacéutico también sufre, con escasez de medicamentos e insumos médicos. La comunidad internacional podría ser la única esperanza para reconstruir un sistema de salud devastado.